GUAJENI: SANDRA, ¿EL OBJETIVO? ¡¡EL 10!!

Sandra Domínguez Andrés
Equipo: Valencia Féminas C.F. B
Demarcación: Mediocampista
Dorsal: 10
Fecha de nacimiento: 31.03.2001
Lugar de nacimiento: Valencia
Estatura: 1,59 cm
Peso: 42 kg
Botas: Adidas F50 moradas
Talla de pie: 39
Lateralidad: Diestra

Clase y elegancia son las dos primeras palabras que brotan cuando uno quiere definir a Sandra, la distribuidora natural del Valencia Féminas F8 B. La tercera es ambición, la ambición sana de ser y acabar primeras (¿os suena?). Además, y a diferencia del resto de las compañeras que ya hemos entrevistado, Sandra ya tiene claro su futuro: quiere llegar a algo en el fútbol femenino. Juanjo, su padre, como socio del Levante (equipo en el que jugó cuando era juvenil, además de en el Histórics de Valencia), hace años que va al fútbol los fines de semana con ella. Y esa pasión, como es natural, ha ido calando poco a poco en las botas de nuestro 10.

Y qué le gusta a Sandra. Pues lo normal en los jóvenes de hoy: el mundo de la tecnología, la telefonía móvil, los ordenadores… ¡y mucho fútbol!

¿Y el colegio? El colegio no tanto. De hecho, me imagino a Sandra de protagonista en el conocido chiste de Jaimito, ése en el que cuando su madre le pregunta: «Jaimito, cómo te imaginas el colegio», éste responde: «Cerrado, mamá, cerrado». Bueno, Sandra, no es para tanto, no se puede tener clase sin ir a clase. La escuela, aunque no lo creas, puede aportarte no sólo conocimientos, sino actitudes importantes para la práctica de tu deporte: sabiduría, disciplina, control de tus pensamientos, concentración, inteligencia… Y eso te hará más sabia en el terreno de juego, más disciplinada en los entrenamientos, controlarás mejor tus objetivos, te concentrarás mejor en lo que tienes que hacer en el campo, y serás más inteligente en tus decisiones… ¡Vaya!, y me imagino que querrás ser una gran jugadora, ¿no?

—Bien, ¿cómo llegaste al balompié? ¿Por qué juegas?

—Porque mi padre me enseñó cuando era pequeña.

—¿Desde cuándo llevas jugando?

—Aproximadamente, desde que tengo cuatro años.

—¿Qué te gusta más el Fútbol 7 o el Fútbol 8?

—El Fútbol 8.

—¿Por qué?

—Porque en Fútbol 7 jugaba de lateral y cuando hay más jugadoras me aclaro más.

—¿Hay muchas diferencias a la hora de jugar?

—No.

—¿Es bastante parecido?

—Sí.

—Dentro del campo, ¿qué cosas se te dan bien?

—Distribuir el balón. Organizar el equipo.

—¿Y te gusta hacerlo?

—Sí, me gusta distribuir el juego.

—¿Durante los partidos, buscas especialmente asociaciones con algunas jugadoras?

—¡No!

—¿Distribuyes por igual?

—Sí, trato de ver la jugada más fácil.

—Cómo te ves en las diferentes facetas del juego. ¿Control de balón? ¿Qué nota te pondrías?

—Un 8.

—¿Pase?

—Un 9 o un 10, más o menos.

—¿Disparo?

—Un 9.

—¿Regate?

—Un 7.

—¿Visión de juego?

—Un 9.

—¿En defensa?

—Entre un 6 y un 7.

—¿Juego de cabeza?

—Un 9.

—Sandra, ¿dónde crees que podrías mejorar para ser una jugadora más completa?

—En defensa

—¿Cuánto das de ti en los entrenamientos?

—Un 80%.

—¿Y en los partidos?

—Un 100%.

—Fuera del fútbol qué es lo que más te gusta.

—El pádel.

—¿Alguna otra cosa más?

—¿De deporte?

—No sé, dinos cosas que te gusten…

—¡El deporte!, todo más o menos.

—¿Para ti qué significado tiene venir a los entrenamientos y jugar en el Valencia!

—Que puedo tener un futuro como jugadora.

—¿Y qué futuro te gustaría firmar…? Si te diera un papel en blanco y te dijera: «Firma el futuro que más te gustaría alcanzar en tu vida porque se te va a conceder», ¿qué firmarías?

—¡Hombre, jugar al fútbol!

—¿Dónde?

—En el Valencia.

—¿En el primer equipo?

—¡Sí, en Superliga!

—Bien, y ahora llega la pregunta de los marcianos, una pregunta especial que queremos enviar al espacio. Imagínate que soy un marciano que acaba de descender de una nave espacial… Y hasta ahora, tus compañeras no están teniendo muy buena amistad con los extraterrestres… ¿Qué le dirías a un marciano, cómo te presentarías, cómo te definirías…?

—Hola, marciano, soy Sandra. Juego en el Valencia, tengo 11 años… Creo que si me diera más tiempo, hablaría más con él. Seguramente, le invitaría a tomar algo…

—¿Cómo crees que te ven tus amigas?

—Bien.

—¿Por qué crees que te ven bien?

—Porque soy una buena compañera, y soy amable.

—¿Qué rasgos te gustan ver más en las personas?
—¿Lo de ser simpáticos y esas cosas?

—Por ejemplo…
—La simpatía.

—¿Y qué es lo que más te desagrada?
—La falta de generosidad, por ejemplo.

—¿Qué es lo que más te gusta de este mundo?
—¡El fútbol!

—¿Eliminarías algo del fútbol?
—¡El fuera de juego: es muy lioso?

—¿Qué es lo que más rabia te da de este mundo, qué es lo que más te enfada?
—¡La escuela!

—¿Y alguna persona que te divierta en especial?
—¿En el equipo?, ¡con todas, especialmente! Paso un rato con cada una y con todas me divierto.

—¿Y con qué personas te enfadas más?
—No sé —duda, porque se quiere ceñir a alguna compañera del equipo. En realidad, la pregunta es abierta, pero Sandra se limita a su universo, y prosigue—: tal vez con Laura…

Si fueras, serías:
Si fueras una canción, qué canción serías… Te voy a esperar de Juan Magán.
Si fueras un animal… Un perro.
Si fueras una planta… Un girasol.
Si fueras una superheroína… La mejor del mundo entero.
Si fueras una película… Lo imposible.
Si fueras un libro… Alguno de Geronimo Stilton.
Si fueras un invento… Una poción.
Si fueras un color… Verde.
Si fueras un jugador… Villa.